Francisco Bustamante
Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca.- Gael, un jovencito de 13 años de la comunidad de Rincón Moreno, Tehuantepec, se quedará sin clases virtuales por falta de televisión y de energía eléctrica en su vivienda.
Gael Luis Vásquez, cursa el sexto grado de primaria, es de lento aprendizaje y prefiere trabajar en el campo que realizar actividades de entretenimiento.
Por más de ocho años, Gael y su familia han vivido sin electricidad en el hogar, sufriendo los estragos de la falta de comunicación por medio de aparatos electrónicos.
Para Gael, vivir sin electricidad se ha vuelto cotidiano, pues en su tiempo libre trabaja en el campo o va de casería con su padre, que es campesino y con sus ingresos logra el sustento de su hogar.
Jaime, el padre del joven, narra que se dedica a la caza de iguanas, chapulines, armadillos y venados, animales silvestres que utilizan para consumo o para comercializar y obtener ingresos económicos.
A falta de energía eléctrica, Elizabeth, madre de Gael, cocina con leña y muele verduras en molcajete, acciones comunes en los hogares de zonas rurales como Rincón Moreno.
Herramientas como lámparas de baterías y veladoras, sustituyen a las luminarias básicas que solo el noventa por ciento de las viviendas de la comunidad tiene.
El poste de distribución de energía eléctrica más cercano, se encuentra a casi 200 metros de la casa de la familia Luis Vásquez, pero debido a las carencias económicas, les es difícil la adquisición del subministro de energía en la vivienda.
Por muchos años Gael se ha dedicado a la caza de chapulines, actividad que realiza aun con el peligro de ser picado por animales que habitan entre los campos y la maleza.
Luego de la caída de intensas lluvias en la región del Istmo de Oaxaca, el jovencito alista su “chapulinera” y enfundado en un impermeable, se adentra a más de tres kilómetros entre los terrenos de cultivo, en donde por varias horas caza la mayor cantidad de chapulines posible.
Desde el inicio de la contingencia por la pandemia, Gael se ha dedicado a trabajar en el campo o a realizar labores en casa, pues confiesa que desde los siete años de edad comenzó su gusto por el trabajo campesino.
Concluyó el quinto grado de primaria realizando minúsculas actividades, que su profesor le proporcionaba para ejercerlo en casa luego de la suspensión de las clases presenciales.
La madre de Gael, mencionó que será difícil el aprendizaje de su hijo en la modalidad a distancia, pues dijo que tiene problemas en las matemáticas y otras materias, por lo cual requiere asesoría del profesor.
El joven campesino, quien sueña con llegar a ser profesionista, refiere que las clases en televisión no serán lo apropiado para muchos, pues sabe que en comunidades indígenas y rurales, ni siquiera hay acceso a la energía eléctrica.
Hasta el momento, Elizabeth fue avisada que su hijo será evaluado a través de actividades que realizará en casa, recibiendo cuadernillos con ejercicios cada quince días por el maestro