Por Juan José Cartas Antonio
Hace algún tiempo en algunos pueblos de la región se disfrutaba con pasión los «grandes» eventos taurinos, que se veían abarrotados no solo por los oriundos sino también por paisanos de muchos pueblos vecinos.
La organización de las corridas de toros eran parte de las festividades de la «fiesta pueblo» o de algunos de los añejos barrios, con identidades especiales en las que los jóvenes o adultos con experiencia, se lanzaban al ruedo para hacer la monta o para desafiar a los astados.
Aquellos atrevidos, vestidos como verdaderos vaqueros, demostraban con su osadía que eran los más «chingones» entre la raza ¡y claro! No siempre salieron victoriosos de su participacion, porque muchos se aventaban bajo los efectos del alcohol e impulsados por la muchedumbre, por lo que en ocaciones no solo perdieron su camisa a cuadros, el sombrero y la sonrisa, sino se quedaron con un recuerdo cicatrizado en la revolcada que les propinó el «buey».
En Salina cruz, el barrio espinal, en sus fiestas en honor a San Diego de Alcala, vivían sus corridas de toros.
En el Espinal, Oaxaca, los habitantes participaban activamente en la construcción del ruedo, en pleno centro de la población, a un lado del parque central. Desde luego, enumerar a todas los pueblos ocuparían todo el texto, pero hay que subrayar, que hoy en día aún hay comunidades que viven intensamente la «fiesta» de los toros.
Lo cierto es que ahora la tauromaquia vive momentos difíciles por el Coronavirus que está presente en nuestro país, situación que no permite las aglomeraciones, los grandes contingentes o reuniones en las que se puedan dar contagios.
Lamentablemente a alguien se le olvidó cerrar el cerco y un toro muy bravo se escapó y ha puesto en predicamento a los políticos de aquí y alla, pues el Toro Doño se metió al ruedo de los candidatos y puso de cabeza a todo el engranaje de los tiempos de campaña.
Este toro ha estado desafiando la destreza de los rejoneadores y la exactitud de la estocada de los matadores, y a puesto al rojo vivo todos los ruedos que ha pisado, y los que sus seguidores no han dejado de ovacionarlo, de aplaudirle, de echarle churras, aplausos y goles.
Ahora, hasta el momento, se encuentra fuera de la corrida, porque desafió a las leyes electorales y le aplicaron lo que precisamente señalan, cuando no se cumple lo que a la letra dice. Ley que muchos de los que ahora están en el poder exigieron y acordaron cuando eran oposición.
Le quedan horas al Toro Doño, para conocer el último dictamen y saber si va a poder enfrentar la corrida electoral o se quedará encerrado en el corral, esperando otra oportunidad.