Por Mario Mecott Francisco
Valorábamos el trabajo de jóvenes e instituciones que se enorgullecen de la tierra que los vio nacer, de su historia, arquitectura colonial, música, traje, gastronomía, en fin; de sus tradiciones y costumbres, quienes quisieran que todo el mundo las conociera y se esfuerzan diariamente por mostrar lo mejor de su tierra natía y del arribo de visitantes nacionales y extranjeros que la visiten, para oxigenar la economía local.
En estas fiestas de los Lunes del Cerro, Guelaguetza 2021, en su modalidad digital, se aprovechó para promocionar a su pueblo y por ende a su región, se exportó en las cadenas oficiales de TV, y sobre todo en las plataformas y redes sociales su participación en esta gran fiesta de Oaxaca al mundo. Periodistas, asociaciones, grupos folclóricos y promotores culturales a diario enriquecen en las redes lo que van creando para promocionar a nuestra región.
Todo ese esfuerzo lo echan a la basura quienes son ajenos a nuestra tierra, ignorantes, insensibles, chantajistas y mercenarios, “pero que cultura van a tener, si nacieron en los matorrales”.
Es hermoso nuestro pueblo, que al cruzar los visitantes el puente de fierro y a la altura de la conocida “Curva Peligrosa” del puente Pimentel, puede admirar su majestuoso Cerro del Tigre, que le diera el nombre toponímico a la ciudad y, después a toda la región. Los templos católicos con sus campanarios y “cúpulas que tienen cruz”, los colores sepias de sus tejados y el verde tapete de sus labores. Esa visión se afea, se denigra con las invasiones a derecho de vía y otras áreas, entonces el trabajo de hombres y mujeres por promocionar estas tierras la enlodan, la echan a la letrina, donde debería de estar sus líderes.
Esa es la visión que se ha tratado de vender al mundo, «el trópico, cálido y bellos Istmo de Tehuantepec”, pero cómo, si se atenta a diario con el bloqueo al tránsito en los puntos estratégicos de la cinta asfáltica que cruzan la región, unas veces por chantajistas y otras por los afectados que utilizan la misma técnica para ser escuchados por autoridades que ponen oído sordo a sus demandas, cualquiera que fuere, la afectación es la misma. Un fuereño dijo un día: “en el Istmo cierran carretera hasta por la falta de un agujero del totopo”.
Estas acciones perversas siguen afectando al desarrollo turístico de la región, pues a muchos nos gustaría que el Istmo de Tehuantepec se convirtiera en un destino turístico cultural. Los tours se ausentaron, mínimamente pernoctaban en Tehuantepec hace unos años, para seguir su ruta de Oaxaca a San Cristóbal de las Casas. Con la super carretera ya no cruzan Tehuantepec ni Juchitán, y nos quedamos como “Marga” bajo el puente, sólo mirando con mucha ilusión.
Con estas invasiones, cierres carreteros y la nula intervención de quien debe tomar cartas en el asunto, seguirán pasando las oportunidades de una rica región que tiene todo que ofrecer al mundo.