domingo, noviembre 24, 2024

Crisóforo Santiago Pérez, orgulloso de ser taxista de Tehuantepec

Francisco Bustamante

Tehuantepec, Oaxaca.- Enfundado en una camisa de colores blanco y morado, Crisóforo Santiago Pérez recorre todos los días a bordo de su unidad los barrios y colonias de Tehuantepec en busca de pasaje.

Se trata de uno de los taxistas con mayor antigüedad, pues de sus 63 años de vida 40 de ellos han sido dedicados a trabajar como prestador del servicio de transporte.

“Jamás pensé trabajar mucho tiempo de taxista, pues empecé a laborar por la necesidad de llevar el sustento económico a mi familia”, expresó mientras recordaba su juventud.

Sostuvo que como producto de su trabajo como taxista pudo sacar adelante a su familia dio estudios a sus hijos que actualmente son profesionistas.

Resaltó que se siente orgullo de su trabajo, mismo que lo ha llevado ha convertirse en el secretario general del Sitio Tehuantepec para servir a sus compañeros.

La pandemia es un reto

Crisóforo también señaló que trabajar como taxista es peligroso, pues están expuestos a los actos delictivos pero sobre a los mayúsculos problemas de salud en tiempos de pandemia.

Lamentó que varios de sus compañeros se contagiaron de COVID y algunos de ellos perdieron la vida a consecuencias de la enfermedad.

Aseguró que la pandemia ha sido un reto para todos los sectores pero principalmente para los taxistas, por el contexto económico y la circulación de las personas contagiadas.

“Trato de ser un ejemplo a seguir para mis compañeros, pues llevo más de 40 años detrás del volante y de manera humilde trato de apoyar a los demás”, mencionó el adulto mientras se recargaba en el taxi de colores blanco y morado.

Don Crisóforo Santiago y su unidad de transporte.

Consideró que ser amable es la principal herramienta para mantener una sana relación con los ocupantes de las unidades del transporte público de Tehuantepec.

Santiago Pérez puntualizó que se requiere disciplina para ser un taxista con respeto y responsabilidad con sus compañeros y pasajeros.

En su trayectoria, don Crisóforo ha sido víctima de asaltos y percances, y le ha tocado conocer a choferes que fueron asesinados mientras realizaban su trabajo.

Con el rostro desbordante de felicidad, mencionó que su padre fue taxista, por lo que dijo que le es un orgullo no desistir a su trabajo a pesar de su edad y los estragos.

“Gracias a Dios y al trajo de todos los días, nunca le faltó a mi familia lo más indispensable”, concluyó.

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