Por Juan José Cartas Antonio
Todo parece que no hemos aprendido la lección que nos han dejado las tres anteriores, pues hemos empezado a echar a un lado las recomendaciones, que una y otra vez nos han indicado los que saben y conocen la realidad.
Nuestras salidas obligadas a la calle nos han dado la oportunidad de constatar que muchos han dejado de utilizar el cubreboca, se están dejando llevar por lo sublime de los apapachos, comparten espacios de mucha gente y en sus encuentros para libar beben en la misma botella de cebada.
Así que decidimos preguntar a los protagonistas que conocemos y lea usted las simples respuestas que nos dieron.
Mantendré en el anonimato sus nombres para evitar los efectos colaterales que causan las redes sociales, pero eso sí, no los borraré de mi cuaderno de notas, para corroborar posteriormente si estoy o no errado en mis apreciaciones.
La primera pregunta es ¿por qué dejó de utilizar el cubreboca?
Las respuestas, entre otras, fueron:
-Porque se me olvida ponérmelo al salir.
-Porque no me deja respirar ni hablar bien.
-Porque ya estoy hasta la M de esa chingadera.
-Porque ya no tengo dinero para adquirir una.
-Y a ti que te importa.
-Porque ya no hay enfermos ni contagios.
Segunda pregunta que hicimos a otros y otras personas, fue ¿por qué se apapachan, si recomiendan no hacerlo? Y así fueron, algunas respuestas, entre risas y chiviados:
-Es mi tía que tiene tiempo no veo.
-Sino esté enferma mi hermana.
-Y qué tiene de malo.
-Por un abrazo no creo que me contagie.
-Ya está de Dios.
Tercera interrogante que hice, que muchos negaron, fue ¿te vi entrar sin protección en ese lugar donde hay mucha gente, por qué lo hiciste? Algunas respuestas:
-No seas mentiroso.
-A que hora me viste?
-Dónde estabas que no te vi?
-Pero sino había mucha gente.
-Si está cerrado, pero nos sanitizaron y pusieron gel, al entrar.
-No pasa nada, en mi religión estamos bien protegidos.
-Hay mira, de algo nos tenemos que morir.
La cuarta y última pregunta que hice tuvo mayor participación y respuestas inverosímiles. ¿Te vi tomando cerveza en la misma botella con tus amigos, no tienes miedo?
-No pasa nada, el covid1-9 se cura con puro alcohol.
-Nosotros ya estamos bien curtidos.
-Esa enfermedad es invento del gobierno, para que dejemos de chupar.
-Mejor siéntate y toma con nosotros, que el mundo se va acabar.
-Seguro mi vieja te mando a entrevistarme?
-Yo por tanto alcohol no me puedo vacunar, por eso mejor sigo chupando.
-Bebe bebe que la vida es breve.
-Nosotros no pensamos en la epidemia, por eso ni caso nos hace.
-Ne algo nos tenemos que morir y yo quiero morir ahogado.
Así que mejor dejé a un lado las preguntas, pues más parecía que a la gente que me acerqué, tratando de saber porque han dejado de protegerse, no les importa ni interesa la realidad que estamos viviendo y que por lo que dicen y comentan, nos da luz para saber que no se enteran que en otros países ya están enfrentando la cuarta ola de contagios.
No está por demás resaltar que muchos respondieron que los dejara vivir y repitieron, que de algo nos tenemos que morir. Así como resaltaron el hecho de que en muchos pueblos la autoridad municipal está permitiendo reuniones, pachangas, gente en la calle tomando y hasta se organizan eventos que reúnen a mucha gente sin guardar las medidas sanitarias.
Y resaltaron el hecho de la llamada Guardia Nacional, la que, cuando llegó a Tehuantepec, hicieron la faramalla de disuadir algunas fiestas y eventos y ahora solo se les ve en accidentes carreteros.
Ante la realidad que viven en otros países, con la aparición de la cuarta ola de covid-19, es justo y necesario no relajar las medidas sanitarias, ya que los números que se dan a conocer de contagios y fallecidos en la ciudad son engañosos, porque la gente dejó de acudir a los hospitales y enfrentan la enfermedad en sus hogares.
Así que cuidemos nuestra salud y la de nuestra familia.