sábado, noviembre 23, 2024

Cartas en el asunto – Nadie regula la proliferación de motos

Por Juan José Cartas Antonio

Nada ni nadie pone orden con la proliferación de motos, de dos ruedas, en las comunidades de aquí, allá, acullá y más allá. 

La historia en Tehuantepec, contiene un sin fin de hechos relacionados con accidentes de motociclistas, que han perdido la vida y muchos más, que han quedado marcados para toda su vida, con serias lesiones que les tuvieron al borde de la muerte.

Todo inicia en el pueblo, cuando aparecieron aquellas minimotos y provocaron que los muchachos de ese tiempo pidieran a sus padres aquel atractivo pero mortífero vehículo que enlutó muchos hogares.

Desde luego, el resultado se genera porque los consecuentes «padres» nunca pensaron que con el regalo aquél, estaban creando un grave peligro en sus hijos, toda vez que la edad de los pubertos genera impulsos temerarios que los orilla a desafiar todo riesgo y romper con la educación y el respeto a lo desconocido.

Accidentes como los que se escribieron hace algún tiempo, deberían ser ejemplos para los padres y también para los que hoy en día utilizan las motos para realizar trabajos de «motomandados», «entrega de pizzas», «venta de tortillas», «cobradores de empresas» y muchachas, muchachos y hasta padres de familia, que se desplazan en estas máquinas sin temor y sin tener conocimiento de las leyes de tránsito. 

Cuántos son los que han perdido la vida en la curva peligrosa del puente Pimentel, cuántos en el puente de fierro, cuántos en la esquina del seguro social, en el centro, cuántos sobre carretera Transístmica o Panamericana, cuántas familias llorando a mares por sus finados y cuántas viudas y huérfanos han quedado. 

Sin duda, usted, usted y usted, que viaja en taxis o en su automóvil los ha visto rebasar por la derecha, los ha visto viajar hasta tres en la moto y todavía más, hemos visto cómo en una moto va el papá, la mamá y hasta tres hijos o hijas.

Lamentablemente no hay autoridad que regule este gran problema y ponga orden entre los que se mueven en motos de dos ruedas, motociclistas que piensan y creen que trayendo un casco en la cabeza no les va a pasar nada, pensemos que no se mueran derrapando con sus motos pero pueden perder sus extremidades y quedar lisiados de por vida.

Dijeran las abuelas «hay mijo naciste bien, completo y hasta guapo, y mira como quedaste inútil para siempre». Lo cierto es que los padres tenemos mucho que ver con todo lo que le pase a nuestros vástagos, a los que hay que enseñarles a vivir y no darle una máquina para que salgan a buscar la muerte.

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