Agencias
El estado se precia de contar con árboles históricos y notables, categoría en la que figuran 21 ahuehuetes, localizados a lo largo y ancho de la caprichosa orografía.
Sin embargo, poseer ahuehuetes milenarios, sanos y consentidos, no es sencillo, sobre todo ante la falta de presupuestos y carencia de agua, derivado del crecimiento de zonas urbanas y el cambio climático.
Estas son especies notables por sus características de extraordinario porte, singularidad o valor científico, representan un patrimonio natural de incalculable valor y belleza.
El árbol del Tule, considerado uno de los ahuehuetes más antiguos en la entidad, se ubica en el municipio conurbado de Santa María del Tule, a 11.8 kilómetros al oriente de la capital de Oaxaca, donde la vida económica y cultural de pende de su lozanía.
Este árbol milenario tiene hijuelos en el mundo, como en el parque El Retiro, de Madrid, España, considerado por sus habitantes el árbol más antiguo de la ciudad madrileña.
Helena Iturribarría Rojas, secretaria del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable de Oaxaca explicó que los ahuehuetes históricos representan un patrimonio natural, cultural e histórico, han sido testigos de los cambios que ha experimentado la entidad, desde aquellos parajes de sembradíos regados por el río Atoyac, hasta el espacio urbano de la capital.
“Este árbol, que puede llegar a ser longevo y de grandes dimensiones, es el árbol nacional, se encuentra en todo el país y en cada lugar en el que se localiza la gente lo ha unido a su historia personal, religiosa y popular’’, resaltó.
Los ahuehuetes o sabinos (taxodium mucronatum) oaxaqueños son importantes, pero, uno de los más destacados, no podría ser de otra manera, es el también conocido como Árbol del Tule, que con su majestuosa presencia da vida al municipio conurbado de Santa María del Tule.
“El Árbol del Tule, está entre los árboles más famosos del mundo. Sujeto a cuidados especiales, ha visto pasar a centenares de generaciones bajo su sombra, personas destacadas en el mundo científico, político y cultural, lo han visto y preocupado por él”, comentó Rodolfo Alfredo Hernández Rea, maestro investigador del Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca (ITVO).
En 2003, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) lo nombró patrimonio cultural de la humanidad y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, el árbol más grande del país. Fue el primer árbol oaxaqueño que recibió la declaratoria de notable.