Por Juan Cartas
No puedo dejar pasar la oportunidad de destacar el hecho, porque tengo la fortuna de haberlo conocido desde muy pequeño, cuando de la mano de su progenitora acudía a la radio, para participar en los programas infantiles que formaban parte de los contenidos que radio La Tehuanita difundió.
Existe la posibilidad de que en su inocencia algo lo llevaba, también, rumbo a los caminos de la comunicación, hasta tomar la decisión de iniciar su estudio profesional en la carrera de Licenciado en Ciencias de la Comunicación.
En su tránsito en los caminos del aprendizaje formó parte de la Banda Filarmónica Sandunga, bajo la batuta de los maestros: Adelaido Orozco (el Negro Laido), Eugenio Valdivieso Marín (el Chiquis), César Ortiz (el Rorro) y por último Manuel Jiménez. En la banda Sandunga ejecutó las percusiones y el clarinete.
Ya con el conocimiento de la lectura y ejecución del pentagrama, nuestro personaje tuvo la osadía de formar pequeñas bandas de música con algunos de sus compañeros de escuela musical, llegando a firmar contratos de presentación en pequeños eventos tradicionales.
Le vi también con una cámara fotográfica colgada al cuello cubriendo actividades diversas, entre las que destaca el de haber sido el fotógrafo en la segunda campaña política de la licenciada Vilma Martínez Cortés, actual presidenta municipal de Tehuantepec. Esta faceta de su vida la inició como auxiliar del fotógrafo Mario Roldán, quien le abrió la puerta del “negocio” en el tiempo de las clausuras, de los angelitos y los inditos. Panchito fue el que apuntaba las direcciones y después repartía las fotografías, ganando un pequeño porcentaje de las ventas realizadas.
Me consta, Francisco nunca ha dejado de luchar por volver realidad sus sueños y esperanzas, siempre le vi y escuché preguntando a todos, una y otra vez, hasta encontrar respuestas a sus interrogantes con el propósito de fortalecer su intelecto.
Conviví con él, en el heroico 18 (CECyTE plantel 18) durante tres años, descubriendo en su persona a un ser con características especiales y un gran carácter, con el que se ganó la amistad de directivos, docentes, administrativos, compañeros y compañeras de todos los semestres.
Francisco es un aguerrido muchacho decidido a lograr sus metas y siempre me ha sorprendido, lo que casi no sucede con los jóvenes de hoy, con sus pensamientos y actos positivos que le han permitido arribar a buen puerto cada vez que se propone algo.
Panchito, como cariñosamente me atrevo a llamarle, me comentó que tenía el interés de formar una plataforma informativa y me invitó a formar parte de ella. Lo cierto es que no sé mucho de estos menesteres, lo que sí supe, y pronto, es que muy rápido lo logró, convirtiéndose poco a poco en un medio atrayente, para mucha gente interesada en saber que pasa en nuestra ciudad.
Para muchos este logro del Jaguar informativo, que obtuvo Francisco, podría ser una meta de muchas satisfacciones y los otros sueños se quedarían esperando mejores tiempos, pero no, para Francisco Luis Bustamante, no había tregua con sus aspiraciones, así, mientras muchos descansamos en casa había alguien que seguía dando fortaleza a su preparación.
Fueron cuatro años de estudio en la Universidad Istmo Americana, ubicada en el puerto de Coatzacoalcos, Veracruz, en la que Francisco realizó la carrera de licenciado en Ciencias de la Comunicación, por lo que cada semana de domingo por la noche, Francisco tenía que viajar y enfrentar la adversidad que viven todos los seres esperanzados en ser mejores cada día.
No dudó en darse el tiempo necesario para integrarse a cursos y talleres de periodismo, para los cuales invirtió tiempo, economía y enfrentó las vicisitudes del caso.
Hoy concluye con éxito esta etapa en la existencia del gran Panchito, del licenciado Francisco Bustamante, por ello no podía dejar de pasar esta oportunidad para felicitarlo, decirle que también le queremos y le deseamos toda una vida profesional llena de éxitos.
Felicidades, licenciado.
