Por Juan Cartas
Uno de los problemas que ha ido en aumento es la invasión de propiedad privada y hasta zonas publicas, gracias a la ineficaz y nulo interés de las autoridades de los tres niveles.
Desde luego que también, en muchos de los casos, por la corrupción que permea en los espacios en los que se debe procurar la justicia, que es un compromiso de los encargados de aplicar la ley, para generar un buen ambiente social.
Desde luego que entre los afectados usted, usted y usted, pueden ser parte de la amplia lista que hoy en día ha ido en aumento, porque aún y cuando la ley debería aplicarse al pie de la letra, resulta que los que no tienen de donde agarrarse son los más afectados.
Y es que si usted tiene una propiedad pero no tiene lo suficiente para levantar su casita, lamentablemente los ojos de los invasores de propiedad ajena pueden tenerlo a la vista y estarán planeando como hacerle daño, porque ya aprendieron como hacerle, para que la ley no les sea aplicada.
Y mire que no todo depende de la autoridad gubernamental, en algunos problemas tienen mucho que ver la capacidad, conocimiento y buena voluntad de las autoridades ejidales o comunales, quienes deben de tomar cartas en el asunto para dar un cause legal a los problemas que se generan entre los verdaderos propietarios de las tierras de sus ejidos o comunidades.
No podemos dejar de mencionar que en la región aparecieron otras figuras y líderes que se rigen mediante argumentos que desafían a las leyes, para lograr objetivos que desestabilizan y alteran la convivencia humana ante el valemadrismo de las autoridades.
Esto último, nacido al amparo de la pobreza y de la ideología de mentes perversas que han aprendido a utilizar a los más desprotegidos, en gran parte solo ha servido para que los líderes que ya conocen las veredas que llevan al aguaje, se hagan poderosos de la noche a la mañana «jugando la cabeza» de sus huestes para hacerse de lo que no les pertenece.
Sus «logros» se fincan también en lo débil de las autoridades para poner orden y aplicar la ley a los infractores, todo porque «los líderes vivos» descubrieron que hay que aplicar la amenaza a las autoridades. O sea, o te pones blandito o tomamos la carretera, el puente, el caracol o el palacio.
No podemos dejar de subrayar que hay movimientos que se abanderan con el uso de la razón y que sus líderes son nuevos en el oficio, que llegan a romper su paciencia, cuando la respuesta de las autoridades es nula y les aplican el método del cansancio. O sea, estiran al máximo la solución sin importar el daño que causan a terceros o llevan a pláticas a los visibles que abanderan y es allí cuando se vienen los tratos obscuros, que resultan aprendizaje para los más vivos.
De allí, que ante las invasiones que se están volviendo el pan de cada día y medio de vida para unos, es necesario la aplicación de la ley al pie de la letra y poner fin a las invasiones de propiedades privadas y publicas, para detener a tiempo una práctica fuera de ley que favorece a la corrupción, que tanto daña a los más pobres y llena de beneficios a infractores y a los que se prestan a las transas.
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