Por Juan José Cartas Antonio
Nada nuevo en nuestro querido Tehuantepec, ni de extraño lo que sucede, porque la realidad ha pasado en la responsabilidad de los gobiernos de hace varios ayeres y, sin duda, seguirá por lo siglos de los amén.
Y es que siendo también responsabilidad de las autoridades sanitarias, el foco de infección no solo se mantiene sino ha crecido causando, provocando y creando situaciones que no tienen para cuando.
Ya no solo es el angosto tramo de calle del lado norte del mercado Jesús Carranza, a esto se le agregó la aparición de casetas en el estacionamiento de los vehículos del área de limpia, lo que dificulta el tránsito de las unidades.
Usted y yo podemos echarle la culpa a la autoridad municipal, a la actual y a todos los que han pasado por la casa de los pleitos, sobre todo a los titulares de las regidurías o direcciones de: ecología, salud, mercados y limpia, solo que ellos nunca podrán poner orden en el lugar, porque en el mercado hay un poder superior que se conoce como líderes de los locatarios.
Basta con preguntar quién o quiénes fueron los que otorgaron los permisos para la aparición de las casetas donde se expenden los ricos tacos, las frutas y un sin número de productos que calman el hambre y llenan de bichos nuestros cuerpos. Si la duda persiste, nada como preguntarles a los «comerciantes» de la vía que tomaron para hacerse de un espacio y entonces saldrán a relucir santo y seña de los actores principales.
El desperdicio que se genera en el mercado, en el interior y exterior, todo, va a parar sin control alguno al piso de la zona que ahora nos ocupa, cosa que anteriormente se intentó depositarlo inmediatamente en los vehículos de limpia que tenían libre movilidad en el área. Hoy en día el conductor del volteo tiene que realizar grandes esfuerzos para lograr introducirlo al sitio.
Esto se logra moviendo a los ambulantes que ya invadieron los espacios bajo la complacencia de alguna autoridad, de las áreas antes mencionadas, que se doblegó ante los «líderes» que siempre han logrado sus objetivos, fincando maravillosos acuerdos que han convertido los espacios en una propiedad con los que realizan, despuecito, negocios redondos.
La verdad es que la autoridad sanitaria debe de atender este foco de contaminación, que tiene muy cerca a varios locales de comida rápida, o sea, tacos que son un gran atractivo para el paladar de paisanas y paisanos que gustan de esta comida a diario.
Lo cierto es que se antojan, pero solo de enterarse de esta triste realidad, se cierra el estómago. Pero en fin, usted tiene la última palabra.