Por Juan José Cartas Antonio
Hasta donde se sabe, quienes son responsables de conducir los destinos de las grandes extensiones de tierras en la comunidad son los comisariados comunales y ejidales y aquí en el pueblo conocemos a: los representantes de Santa Cruz Tagolaba, del barrio de Lieza y el ejido Guichivere.
Desde luego, hace algún tiempo se dieron a conocer los representantes de las tierras de San Jacinto y quienes representan a propietarios de terrenos del barrio Santa Maria; los que se ubican en un espacio al que se conoce como barrio de la Asunción de María.
Cada organismo cuenta con sus líderes y, desde luego, aún y que están reguladas por las leyes agrarias, todos y cada uno de ellos realizan su trabajo acorde a las necesidades de sus comunidades, resaltando sus formas particulares de gobierno, inspirados en base a las herencias de quienes han sido sus líderes.
Hoy en día la población está interesada en saber quién o quiénes son los que deciden sobre los espacios que no tienen propietarios dentro del pueblo, porque lamentablemente las cunetas, orillas de carretera y los pasos naturales de toda la vida, han sido invadidos por vivales en varios puntos de la ciudad.
Esta realidad no es nada nuevo en la comunidad, pues las invasiones se han dado desde hace varios trienios y nadie ha levantado la voz para exigir a la autoridad tome cartas en el asunto, poniendo orden ante algo que usted, usted, usted y yo hemos visto que sucede y sigue pasando.
Es un verdadero misterio saber cómo le hacen los invasores para lograr la complacencia de las autoridades responsables de esta área jurídica, para hacer de los espacios, que son del pueblo, una ampliación de propiedad, ante los ojos de todos sin la aplicación de la ley.
Mire y sepa usted, que se han adjudicado las cunetas, los pasos naturales de la gente, las orillas del paso antiguo del ferrocarril (zona federal), las orillas de las carreteras (zona federal) y lo último, la utilización de un espacio al que se le embelleció con árboles, palmeras y áreas verdes, durante el trienio del Ing. Venustiano Gutiérrez Reyna.
Este sitio, hay que decirlo, quedó en el olvido por todos los que han ocupado la casa de los pleitos, sitio en el que hace unos años sufrió la amenaza de una explosión por la voladura de una pipa cargada de combustible. Siniestro que bien pudo, de darse, desaparecer casas, familias enteras, negocios en la zona y una gasolinera a la que ya una de sus bombas había alcanzado el fuego.
En este accidente se incendiaron los árboles y palmas, se derribaron postes oxidados y bancas en mal estado, cosas que no se recuperaron hasta el momento, daños que fueron pagados por la empresa propietaria de la pipa siniestrada. Es de recalcar que el dinero se aplicó ¿quién sabe dónde?
Pero bueno, dentro del municipio ¿quién tendrá a su cargo la repartición de espacios que pertenecen al pueblo? ¿será que existe un presidente de bienes municipales que realiza la repartición? ¿en que se destinan los beneficios que se cobran por atribuirse una propiedad del pueblo?
Lo cierto es que la autoridad municipal hoy llegó a colocar sellos de suspensión de obra a una empresa dedicada a la venta de vehiculos, a la que ya se le había invitado a pasar al área jurídica del municipio a resolver esta situación.
La obra está ubicada en el barrio de Santa María, a orilla de la carretera federal, frente a la gasolinera de la Y griega. Exactamente, en el andador donde se volcó la pipa.
Sigue la huella del Jaguar.