domingo, noviembre 24, 2024

Cartas en el asunto – Los informes son intangibles

Por Juan José Cartas Antonio

Siempre sostuvieron su dichos mis abuelos, mis padres y los ancianos, con los que, en cada una de sus pláticas ponían sobre la mesa toda su experiencia, procurando hacer menos pesado el entendimiento de las falacias y certificación de hechos.

Quizá, sobre todo a quien navega en un mar de indiferencia, las nuevas generaciones desconocen el pasado y en muchos casos, hasta el presente, de los acontecimientos que envuelven el deterioro o fortaleza del trajinar diario de nuestra sociedad. 

A poco no fue y sigue siendo un engaño aquello de PETRÓLEOS MEXICANOS, porque, la neta, los que se han beneficiado de los recursos de esta empresa solo han sido los gobiernos, quienes son petroleros, los dueños de las compañías que prestan servicios y uno que otro vival que se aprovecha de ser familiar, pariente, compadre o amigote de los «cabezones».

Otra sin razón es la compañía denominada TELÉFONOS DE MÉXICO, empresa que pasó a manos de un particular que hoy en día hace negocio resaltando de que es de todos los mexicanos. Solo hay que echarle un ojo al recibo de pago y buscar en donde dice «como es de México, y usted es mexicano, reciba un descuento del 50%».

Otra de las grandes mentirotas, fue cuando pomposamente se dio a conocer que el pueblo de México ya tenía sus satélites y todos creímos que la señal que nos enviarían, como dicen los chavos, sería de «grapa». Claro, claro, seguramente de nuestras bocas salió la exclamación «gracias a Dios». Puro trinquete y atole con el dedo.

Otro «atolito de leche» que nos bebimos fue cuando se construyeron las autopistas, que nos hicieron creer que todo marchaba «sobre ruedas» y que a partir de entonces la comunicación uniría a todos los pueblos y el comercio sería más fácil y barato. Y hasta hoy en día las tarifas no se detienen en el aumento. 

Un informe rimbombante fue cuando antes de la celebración de los juegos olímpicos, el presidente en turno dijo a la nación, que se aplicaría un impuesto llamado tenencia, que tendría una vigencia corta y que serviría para aplicarlo en los gastos de celebración de aquellos juegos. Patrañas, puro engaño a la mexicana que se sigue aplicando y aumentando cada año.

Otro informe, por cierto catastrófico, fue cuando un señor «pelón» aplicó la medida de quitarle tres ceros a la moneda mexicana, lo que causó que los billetes, en suma de mil, de la noche a la mañana se convirtieron en un devaluado peso. Recuerdo que hasta se atrevieron a recomendar «hay que apretarse el cinturón». Y como no, si la gente más necesitada dejó de llevarse a la boca una buena ración de frijol y tortillas. 

Existió otro presidente que lanzó al aire, a través de todos los medios, una «gran» expresión que a los menos letrados nos rompió el corazón por tan sublime término «ya no volverán a robarnos». Pues como no, si ya todo se lo habían transado, robado, llevado y chin… Y nosotros en casa aplaudiendo y victoriando tan sublime expresión emanada de un ratón.

Hoy en día hemos escuchado un sinnúmero de «grandes informes» emanados de la chistera y repetido hasta el  cansancio por los nuevos próceres de vanguardia, que han acariciado nuestro sistema audiovisual y nos han puesto la carne de gallina, alimentando nuestra esperanza y arrancado lágrimas del alma.

Informaron que ya estaban embelleciendo nuestro desnutrido y legendario río. Que ya no haría falta atención médica ni medicamentos para los más necesitados, que a lo máximo serían sesenta mil fallecidos a causa de la pandemia. Que con los programas de Bienestar sería planchada la pobreza. Y mucho, pero mucho más, que sin que se diga usted sabe la triste realidad en que vivimos. Y el informe más calentito, es el que se maneja en torno a la «gran encuesta» para tener candidato en nuestro estado.

Usted como padre de familia ya informó a sus hijos e hijas la realidad por la que atraviesa el país, estado, municipio y agencia municipal? Que en muchos hogares no tendrán cena de navidad y que no llegará a visitarlo Santa Claus. Y más todavía, que no les alcanzará para comprar una bolsa de garbanzos, un rollo de buscapiés o de perdis un rollito de cerillos. 

Por favor, que su informe de familia no contenga nada intangible ni metáforas, no pinte a los suyos un mundo mágico; mejor convierta las tristezas en alegría, los dolores en alivio y tratemos de ser felices con la cosecha de lo que sembramos.

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