Por Daniel López
No solo fueron carpetas con inconformidades lo que recibió a su paso el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su más reciente gira por el puerto de Salina Cruz, no, en esta ocasión también recibió muestras de afecto por parte algunos ciudadanos.
Tal fue el caso del niño Andrés Manuel quien, junto a su padre, esperó a orilla de carretera a la caravana del presidente para obsequiarle unas bolsas de los tradicionales tamalitos de elote de nuestra región.
-¡Vente, tocayito!— le dijo el presidente al saber su nombre, mientras lo jalaba hacia sí para tomarse la foto del recuerdo.
-¡Échale ganas!— le dijo el presidente al niño al saber que además de compartir el mismo nombre, también comparten el gusto por el beisbol.
-El niño recibe clases con el hijo de Héctor Zamudio— gritó alguien orgulloso de la leyenda que representa el apellido Zamudio en el beisbol de la región.
Al escuchar eso el presidente AMLO se emocionó. Su vista se perdió como buscando datos de peloteros en su memoria.
-Échale ganas— volvió a decir cuando reaccionó,— para que te parezcas a…a…— y ya no alcanzó a completar la frase el licenciado Andrés Manuel en su breve pero emotivo diálogo con su «tocayito», quien a su corta edad tuvo el gusto y placer de dialogar con su «señor presidente».
Las imágenes de lo que fue un motivador encuentro quedan para el archivo de su familia. Algún día cuando el niño Andrés Manuel llegue a ser un gran pelotero, sin duda sentirá orgullo de su peculiar anécdota.