Por Rómulo Jiménez Celaya/Cronista municipal
En repetidas ocasiones me han preguntado, ya sea en entrevista de radio, en Facebook o en persona, sobre unas construcciones que se encuentran ubicadas en el cerro de la Cueva (barrio Lieza). Me preguntan en qué año se construyeron y cuál fue su función, pero antes de dilucidar estas interrogantes, permítanme traer al tema algunos datos sobre la comunicación interoceánica a través del Istmo de Tehuantepec, datos que nos ubicará en el contexto histórico.
La comunicación entre el Atlántico y el Pacífico pasando por el Istmo de Tehuantepec, siempre fue un tema recurrente provocado por la necesidad de expandir el mercado. Hernán Cortés lo tuvo como uno de sus proyectos pero no lo pudo llevar a cabo, el Virrey Antonio María de Bucareli y Ursúa lo propuso a finales siglo XVIII, pero no fue posible realizarlo, en 1808 el Barón Alexander Von Humboldt aconsejó al gobierno virreinal sobre la importancia de interconectar estos dos mares, pero no fue hasta 1842 cuando está idea comenzó a tomar tintes de ‘posibilidad’ cuando Antonio López de Santa Anna, presidente de en ese entonces de México, otorgó al español José Garay la primera concesión para que realizara la obra, pero este empresario solo llevó a cabo los estudios correspondientes para el reconocimiento del Istmo de Tehuantepec, practicado entre 1842 – 1843.
Después de Jesús Garay hubo otros concesionarios. Entre 1880 y 1882 solo se logró instalar 32 km de los 63 km. que se había pactado con la compañía americana formada por Eduardo Learned. En 1888 se habían alcanzado los 108 Km., pero para 1893 se había logrado construir 251 Km. El 11 de septiembre de 1894 se realizó el primer recorrido de un tren desde Coatzacoalcos hasta Salina Cruz, con un tiempo estimado de diez horas con veinte minutos (06:00 A 18:20 hrs.).
Entre 1895 y 1899 el tema del mantenimiento de la vía férrea y la limitación de los puertos, por ejemplo, el puerto de Salina Cruz no podía realizar la carga y descarga de mercancía por la limitante que presentaba su muelle; el puerto de Coatzacoalcos no podía recibir a los barcos de gran calado por su poca profundidad, así que gobierno porfirista, preocupados por estos problemas, realizó un contrato con la compañía inglesa Pearson & Son Ltd (11 de noviembre de 1899), en donde esta empresa se encargaría de la administración, reconstrucción, conservación y explotación del ferrocarril y los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz por espacio de 50 años, contrato que el gobierno constitucionalista rescindió en enero de 1918, realizando la indemnización económica correspondiente a dicha empresa.
EL ORIGEN DE LOS POLVORINES.
En el contrato que realizó el gobierno del presidente Díaz con la Compañía Person, estipulaba que esta empresa se encargaría de la administración del ferrocarril, esto iba desde la modernización de los dos puertos, como el mantenimiento de la línea férrea, el telégrafo, y la reubicación del asentamiento urbano de Salina Cruz, para esto se necesito de material pétreo, el cual fue extraído de los cerros de Mixtequilla y de la Cueva (barrio Lieza), para tal empresa se construyó un ramal de vía férrea que llegaba al lugar mismo de las canteras, en donde las piedras extraídas se transportaban en furgones al puerto de Salina Cruz. Para la extracción del material pétreo se utilizó explosivos, los cuales fueron resguardados en dos POLVORINES que se construyeron al sur del cerro de la Cueva, uno al oriente y el otro al poniente respectivamente.
En la actualidad los polvorines están en franco deterioro y abandonados a su suerte, por eso me he acercado a las autoridades comunales del barrio Lieza, primero, para buscar su rescate y, segundo, para darle un uso más acordé a su historia.
¡Nosotros lo vimos! ¡Nosotros lo vivimos! ¡Quede esto como testimonio para las generaciones futuras!