Por Juan José Cartas Antonio
Sin duda alguna algo tiene Tehuantepec, que es generador de multiplicación cuando algo aparece como novedad en el ámbito de los negocios.
Hay que resaltarlo, no todos, desde mi punto de vista, tienen el prodigio de bienestar y mejoramiento para sus habitantes, porque analizando lo propositivo de su creación y multiplicación, muchas oportunidades no son tan benignas para nuestra sociedad.
Las cosas hay que tratar de verlas desde todas sus aristas, pues a decir verdad, quienes se benefician dirán lindura, quienes obtienen un trabajo se sentirán satisfechos y quienes encuentran comodidad ante lo que se les ofrece, todo se les vuelve azul celeste.
Desde luego, muchos no encontrarán nada bueno, pero sabrán utilizar la oportunidad que se les presenta y poniendo manos a la obra lograrán optimizar sus fortalezas y multiplicar sus proyectos.
Nuestro texto se apertura en torno a la experiencia de ver como hace algunos ayeres una pareja abrió un negocio de pollos asados al carbón, en el barrio Vixhana, casi frente a lo que hoy conocemos como el salón Tanguyu.
El hecho se convirtió en una gran novedad, porque no existía algo similar en todo el pueblo y aquella pareja, venida de algún lugar de la república, logró no sólo atraer a los clientes sino también despertar el interés de varias familias, para volverse comerciantes de pollos asados aquí y allá. La última vez que vi aquellos emprendedores fue en el barrio de Santa María, muy cerca del puentecito. Hoy en día muchas familias viven de aquella gran propuesta.
Otra empresa que apareció en la ciudad, fue la del agua purificada. Surgió cuando se nos dijo que el agua «potable» de los grifos en casa no era propicia para beber. Fue cuando de pronto se nos ofreció agua purificada en botellones de cristal con la marca de La Cantera, propiedad del ingeniero Celso Jiménez Flores. La naciente empresa tuvo un crecimiento desmesurado, hasta convertirse en proveedora de este producto a nivel regional.
La aparición de la purificadora y el gran éxito que alcanzó, fue causante del surgimiento de una serie de purificadoras, que en mucho de los casos, trabajaban en la clandestinidad. Fue una gran oportunidad para la creación de empleos y de competencia para ofrecer un agua de calidad.
Las dos empresas que hemos mencionado son precedente en cuanto a la generación de empleos, pero sobre todo, son negocios netamente locales que propician que las ganancias se queden entre nuestra gente.
Lamentablemente no todo es bienestar para la gente del pueblo, porque han aparecido en la localidad negocios que dejan mucho que desear en cuanto a verdadero beneficio, pues, aunque ofrecen algunos empleos, por cierto mal remunerados, las ganancias no se quedan para beneficio de la población.
Tal es el caso de las casas de préstamos que reventaron como talajes en tiempo de agua y que en muchos de los casos son causantes de desaliento entre los que menos tienen, que son los que más buscan el «beneficio» de los préstamos, en donde ven, en muchos de los casos, como se pierden las cosas de valor, herencia de familias. El centro de Tehuantepec, es un panal de casas de empeño.
Una empresa más en estos tiempos, que también ofrecen empleos «matados» y mal remunerados, que esta saturando a la ciudad, metiéndose en barrios y colonias, propiciando con ello el aniquilamiento de los pequeños changarritos familiares, provocando la multiplicación de ambulantes y aumentando el consumo de bebidas embriagantes en la sociedad, sobre todo en los jóvenes, son los mentados Oxxo.
Estos expendios no tienen el carácter de negocios locales y lo que se gasta allí no se queda en Tehuantepec, es un gasto que va a parar a los activos monetarios de empresarios de otras latitudes.
Pero bueno, aquí hay que aplicar aquello que reza «consume local» o «compra lo nuestro» para que los dineros se queden en el pueblo.
Usted tiene la última palabra, pero recuerde, Tehuantepec nos necesita.
Sean felices, que no cuesta ni duele.