domingo, noviembre 24, 2024

Cartas en el asunto – Activan viejas prácticas del PRI en CDMX

Por Juan José Cartas Antonio

La detención de la eterna lider de los vendedores ambulantes del centro histórico de la ciudad de México, María Alejandra Barrios Richard, nos lleva al pasado y nos ubica en el año de 1989, un 10 de enero, a eso de las nueve de la mañana, cuando en el estado de Tamaulipas, fue brutalmente detenido en su domicilio particular la «Quina», líder de los petroleros.

Esta fecha marca la caída del líder del sindicato petrolero Joaquín Hernández Galicia, después de haber «desafiado» públicamente a quien figuraba como candidato a la presidencia de la República mexicana, Carlos Salinas de Gortari, quien se convertiría en presidente «derrotando» a Cuauhtémoc Cardenas, en una elección bastante criticada como fraudulenta.

La detención se llevó a cabo en ciudad Madero Tamaulipas, en el domicilio del líder petrolero, hasta donde se presentaron fuerzas armadas del ejército nacional sin una orden de aprehensión, acusándolo de homicidio calificado, acopio y almacenamiento de armas.

En ese entonces, partidos políticos, personajes de la política, medios de comunicación, líderes y trabajadores de las 38 secciones petroleras en toda la república y sociedad en general, reprobaron los métodos de fuerza utilizada en contra de la «Quina», porque los excesos fueron más allá de lo nunca visto en un país «democrático».

El enojo y venganza del poder se mostró en todo su esplendor ante los ojos del pueblo de México, solo porque el líder petrolero pecó al desafiar a la central obrera y al partido en el poder, que en su momento, le había facilitado el poder del sindicato petrolero, que en aquel tiempo ponía y quitaba gobernantes en varios estados del México del siglo XX, y que en aquella histórica elección, trasciende, los agremiados de todas las secciones habían sufragado en favor del hijo del «Tata» Lázaro.

Ahora, apenas unas horas del jueves por la noche, detienen a Alejandra Barrios, acusada de extorsión y robo en pandilla, y puesta tras las rejas, para responder por estas acusaciones. Su detención es difundida por todos los medios de comunicación y la noticia va de boca en boca, despertando el interés de todos y todas, para comparar el hecho, de que su sometimiento es el resultado que arrojó la pasada elección, en la que el partido en el poder fue sometido por el voto de los ciudadanos y ciudadanas, perdiendo en varios municipios en forma inesperada.

La detención la relaciónan con la entrevista que dio Alejandra Barrios, a un medio de comunicación, en la que da a conocer la difícil situación por la que atravesaba con los lideres y gobernantes del partido en el poder, con quienes había tenido encuentros poco amistosos y el temor de recibir represalias.

Los políticos la señalan como alguien que rompió con los valores entendidos que existen entre gobiernos y líderes, y que en esta ocasión apostó por la oposición. Lo cierto es que la fuerza política de esta mujer la hacía poner en juego su conocimiento, para lograr llevar a su feudo buenos resultados, en la repartición de los espacios de gobierno, por la cantidad de votos que aportan los agremiados al clan Barrios, que opera desde hace 20 años, en la delegación Cuahtemoc.

La detención se ve más como una venganza política, pues en la entrevista con Ciro Gómez Leyva, señaló que estaba viviendo persecución por parte de Dolores Padierna y la aprobación de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum. Mientras se define su situación como presunta de los delitos por la que fue detenida, Alejandra Barrios, esta recluida en la prisión de Santa Martha Acatitla, y Dolores Padierna, esposa del señor de las ligas, sufre su derrota.

Resultados de la mal entendida política y de la equivocada aplicación de la «bendita» democracia a la mexicana.

Sean felices, que no cuesta ni duele.

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