domingo, noviembre 24, 2024

Cartas en el asunto – Urge una vía alterna en Tehuantepec

Por Juan José Cartas Antonio

Después de platicar con los pregoneros (vendedores ambulantes), que son parte de nuestra cotidianidad en el pueblo, realicé una recopilación de sus coincidencias en torno a lo que vivieron a diario, respecto a las campañas politicas de partidos y candidatos.

Encontré en sus narrativas una gran diversidad de gestos, énfasis, expresiones, lamentaciones, molestia, enojo, alegría y hasta reprobación; pero eso si, felices porque les fue bastante bien en su negocio del cual dependen en su hogar.

De todo, dos fueron las cosas en las que sus opiniones me parecieron extraordinariamente positivas, y la verdad, son señalamientos con los que muchos coincidimos, y de los dos hay uno que tiene carácter de urgente, porque ofrecería un gran alivio para propios y extraños.

Déjeme les comento. A últimas fechas este problema ha sufrido un aumento y una seria alteracion que pone en jaque a nuestra ciudad.

Recordará usted que en tiempos de vacaciones, sobre todo en diciembre, el único paso hacia el centro, de la carretera internacional de sur a norte, se convertía en un dolor de cabeza, cuando el tráfico de vehículos aumentaba en gran medida, no solo por los automotores de la localidad, sino también con el paso de carros foráneos, situación que era motivo de enojos, discusiones y hasta de mentadas, que generaron hasta pleitos entre conductores.

Aquella triste realidad ya no es privativa de los tiempos vacacionales, pues ahora es de todos los dias en las horas pico, porque el aforo vehicular se ha multiplicado, mientras el cuello de botella existente no ha sido atendido por todas las autoridades, que han ocupado el palacio municipal.

Habrán quienes digan que el asunto es duro de tratar y que para darle solución se necesita una buena cantidad de billetes y poner sobre la mesa un buen proyecto. Otros tocarán el punto de la construcción del estacionamiento realizado durante el trienio del doctor Martín Vásquez Villanueva, y dirán que no resolvió nada, pero la verdad, «La Panzona» como le llaman,  tenía el propósito de darle un respiro al centro histórico, ante la falta de espacios y congestionamientos de autos en las arterias de la ciudad.

Hasta el momento, una mente brillante, que yo sepa, le dio una una «insignificante»  solución y único alivio a este problema, para evitar alcances, rozones, llegues, golpes y mentadas, proponiendo a los conductores a través de un letrero, el paso de uno por uno  antes de entrar al puente. Medida que prácticamente todos acatamos, pensando positivo.

Es justo y necesario que la autoridad municipal se aviente el paquete de construir una vía alterna de tránsito vehicular. Hay que decirlo, Tehuantepec necesita de esta obra, le urge este espacio, el pueblo lo reclama y la autoridad municipal debe de atender y priorizar esta obra, utilizando todos los recursos necesarios y darle a la ciudad el lugar que se merece, porque ya se vio que si se puede.

El otro asunto, que escucharon los pregoneros, escuché y el pueblo también, fue lo que en sus discursos muchos de los candidatos mencionaron y prometieron realizar, que no entendí si fue una promesa, compromiso o charada, en torno al rescate del río Tehuantepec, lo que sin duda es una aspiración de toda la sociedad, por todo lo que se canta, escribe o platica de su existencia.

Ésta propuesta se convierte en un excelente propósito plagado de sueños y esperanzas, que bien se puede escribir en un «erase una vez…» poniéndole de titulo «entre lo tangible e intangible». Y es que cada vez que lo he oído, desde hace ya algunos lustros, precampañas y campañas, he cerrado los ojos y e imaginado, que a la cortina de la presa del Marqués, su primer nombre, le abren un poco más a sus válvulas, que el gobierno construye una desalinizadora en el golfo de Tehuantepec, y que detienen el bombeo del agua de nuestro río, a la refinería Antonio Dovalí, que el Dios del cielo envía una lluvia torrencial provocando una creciente que derriva, del cause del río, todos los bixhunis, los sauces, los carrizos y los árboles de espina; permitiendo que los pescadores con sus tarrayas, atrapen las lisas, robalos, popoyotes, mojarras, guisos, bendagalis y sardinas que suben de la mar del sur. Y por último, que un ser supremo les ilumina el cerebro al cabildo de Tehuantepec, y deciden entubar las aguas olorosas y cristalinas  de la laguna azul, que corre bajo la estructura de nuestro «enfierrado» puente.

La primera obra acabaría con el sufrimiento de un pueblo ávido de grandes obras y acabaría con los cierres carreteros en el puente.
Este sueño dejaría de ser una pesadilla, de concretarse.
La segunda, es una esperanza inútil, porque el manejo de la presa, los canales de riego y la refinería, son de carácter federal. El mayor problema de la recuperación de nuestro río Tehuantepec, es detener el desvío de la corriente, que tiene como destino la zona de bombeo y luego la refinería. Hoy, por lo que esta en proyecto, nuestro sueño se quedara, y quizá seguirá, en promesas de campañas y en  discursos de líderes «que juegan a la gente…»

Sean felices, que no cuesta ni duele.

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