Francisco Bustamante
Tehuantepec, Oaxaca.- Una bicicleta, un termo y una caja de plástico, se han convertido en las nuevas herramientas de trabajo de Gerardo Hernández “El Toro”, un músico que todos los días vende tortas para llevar el sustento familiar.
Gerardo Hernández Silva, músico de profesión, se despierta todos los días a las cuatro de la mañana, para guisar la carne, desmenuzar el pollo, rebanar los vegetales y preparar los materiales para la elaboración de las tortas y las aguas frescas.
“Sin pena alguna, donde me hagan la parada ofrezco las tortas de jamón, milanesa, pollo y quesillo, así como las aguas frescas de frutas de la temporada”, dijo mientras sostenía con sus manos la bicicleta que restauró para la vendimia.
Actualmente “El Toro” logra vender de 30 a 40 tortas al día, sin embargo, cuando inició la venta de los alimentos hace un mes comercializaba un aproximado de 7 a 10 tortas por día.
Para el iniciar con el proyecto familiar, Gerardo reparó la bicicleta de su papá que le serviría como principal herramienta de movilidad para llevar a cabo el negocio de todos los días.
El joven con el rostro cansado, reveló que para poder iniciar con el negocio de las tortas pidió prestado 300 pesos, y descartó que la falta de recursos económicos fuera una limitante para emprender el proyecto.
La familia de Gerardo se ha convertido en el pilar para la venta de las tortas, pues son ellos quienes ayudan a preparar los alimentos para que después sean comercializados en las calles perpendiculares de la colonia Benito Juárez.
Gerardo toca la docerola e interpreta música regional mexicana, pero a raíz de la pandemia por el COVID-19 los eventos se paralizaron y con ello también los ingresos económicos por su trabajo.
“La pandemia me impidió continuar con los eventos musicales y poder llevar el pan de cada día a mi familia”, señaló Gerardo mientras recordaba los eventos que se realizaron momentos antes de la pandemia.
Quiere ser ingeniero
El joven de 21 años estudió la preparatoria en la ciudad de Tehuantepec, pero los falsos mitos de poder conseguir un trabajo estable después del nivel medio superior hicieron que se volviera emprendedor.
Parte de su vida se ha dedicado en ayudar a su padre con su negocio de vulcanizadora, y fue ahí donde descubrió su pasión por la mecánica, un ámbito que pretende estudiar de manera profesional.
A Gerardo le mueve la inquietud de poder estudiar la Ingeniería Mecánica, pero todavía no ha investigado de alguna escuela cercana que le permita prepararse para ser un profesionista.
“Me gustaría estudiar mecánica, pero actualmente por cuestiones económicas y de tiempo no he podido planificar lo de mi carrera”, reveló el joven que a pesar de las condiciones climatológicas trabaja para salir adelante.
Levantarse temprano y emprender una jornada de más de ocho horas es un reto para Gerardo, un joven que a pesar de las adversidades no piensa en desistir del ámbito emprendedor.