Oro Noticias
Oaxaca.- “Así tenga que mover cielo, mar y tierra, van a tener que pagar los policías culpables. La embajada de Estados Unidos ya está atrás de la pista de todo esto y no me voy a cansar de exigir justicia”, advirtió el padre de Alexander (Chander) de 16 años, fallecido de un disparo en la cabeza, el pasado martes en Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca.
La despedida a su última morada del adolescente, promesa del fútbol, congregó a personas de todas las edades, sin embargo, resaltó la presencia de jóvenes de distintas edades, portando playeras blancas.
El chico fue sepultado en el panteón de la municipalidad, ubicada en la región de la Cuenca del Papaloapan, al norte del estado, en colindancia con el estado de Veracruz.
La indignación de la madre y el padre del joven se hizo patente durante el cortejo. El luto, las lágrimas y la rabia, fue el sentimiento generalizado entre las personas asistentes.
Antes del llegar al camposanto, el cortejo hizo una parada en una cancha de fútbol rápido donde el muchacho de nacionalidad estadounidense fue despedido por sus amigos de equipo.
A manera de homenaje en cuerpo presente, el ataúd fue colocado cerca de la portería, donde sus compañeros rebotaron el balón, después todos se concentraron al centro.
El graderío y la cancha concentró a decenas de personas, quienes demandaron a una sola voz, “¡Justicia para Alexander!”
La tensión en el caso continúa, pues familiares del menor no aceptan la versión de que Alexander fue asesinado accidentalmente, como sostiene el alcalde de la localidad, al argumentar que Alexander fue “confundido” con un delincuente por portar cubrebocas e ir acompañado en una motocicleta con varios chicos. Los familiares aseguran que en el homicidio participaron otros policías.
En las últimas horas ha cobrado fuerza la versión de la madre de Alexander sobre la pretensión de la Policía Municipal de “sembrarle” una pistola a su hijo, cuando este yacía desvanecido en el suelo.
La mamá sostiene que una vecina sorprendió a un uniformado intentando colocar un arma entre las manos del muchacho, pero al verse descubierto se desistió.